Convertirse en médico siempre fue su gran sueño, nunca lo
escuché decir que quería ser cosmonauta, arquitecto, chofer, como el resto de
nosotros, no en siempre quiso ser médico.
Desde los siete años le prometía su madre tendederas llenas
de batas blancas. Dieciocho años más tarde nos demostró a todos que las metas
están para cumplirlas. Yordi, como le decimos todos fue uno de los 630 galenos
que obtuvieron su título por estos días en la provincia de Holguín.
Sus días como estudiante, sin embargo no han terminado, pues
la etapa que le precede dará un vuelco a su vida de 180 grados. Un cambio
difícil pero fructífero. El mundo de las madrugadas, trasnochadas, largas horas
sin dormir, turnos inacabables y revistas médicas sin fin, se apoderaran, aun
con más fuerza, de su vida.
Dieciocho años han pasado desde que inició esa travesía. A
su memoria acuden recuerdos de sus primeras guardias nocturnas, la primera cirugía,
las tantas veces que no durmió estudiando para el examen.
Ahora prepara las maletas, una vez más, a su mente llega la
preocupación sobre el paso a seguir en la vida: el Servicio. Ese año, del que tanto se ha
hablado en la carrera, pero del que tan poco se sabe en realidad. Esa
experiencia mítica entre los estudiantes, tan llena de leyendas, historias y
anécdotas contadas por los veteranos, que es difícil discernir entre la
realidad y la exageración.
Sabe que su viaje hacia la historia comienza en este punto
del camino. Pasará sus días entre pacientes, síntomas y mucho estudio, pues
sabes que no puede permitirse un error.
Poco a poco, llegará
el momento en que sus pacientes lo reconozcan como “el médico”. Las historias
inverosímiles que, llenos de curiosidad escuchaba en el pregrado, comienzan a
sucederse una tras otra, y va llenando su propio libro de recuerdos que, con
orgullo, contará más adelante.
Conoce de sobra que llamarse Yordanis Sierra, pasó a ser
solo una formalidad en el carnet de identidad, pues desde ahora es el Doctor
Sierra. Quizás los miedos al cambio lo acompañen, sin embargo para nosotros
sigue siendo el mismo muchacho que decidió a los siete que iba a ser médico. El
mismo que decidió que su modelo a seguir era Ernesto Guevara, el Che, pues
según el mismo decía, comparten la pasión por la medicina, la justicia y el
asma.
Con los años hemos comprobado que tener al Che como guía ha
hecho de él un ser humano más completo, un médico capaz de desprenderse de sus
intereses personales, como cada uno de los formados por esta Revolución cubana.
Yordanis agradece haber nacido en Cuba, pues asegura-“en
otro país yo no sería médico, quien sabes dónde estuvieran mis sueños”.
Calidad humana, altruismo, desinterés y amor por su
profesión son algunas de las características que avalan a nuestros galenos,
recién graduados, especialistas, dentro o fuera de nuestro país. Cualidades que
desde ya acompañan a este joven médico, que sin dudas integra el ejército de
batas blancas con orgullo y determinación.